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lunes, 4 de octubre de 2021

Universidades, y el mercado de las telenovelas.

Viene de los artículos:
  • Emprendiendo en Venezuela.
  • Desafío de las universidades.
Por. Carlos Reyes. 
Fundador de CERT Producciones C.A. 




Es indiscutible que ninguna profesión se sostiene por sí sola sin el soporte de los conocimientos básicos en temas de interés comercial.

El mundo ha cambiado, los sistemas han cambiado y los procesos educativos se han mantenido tal cual se implementó hace siglos por los prusianos dentro de la fragua militar.

En la era de la información cualquier cantidad de profesiones se aprenden por internet, y la valoración de los títulos ante la velocidad tecnológica ha perdido el énfasis que con ellos se argumentaban.

Las telenovelas hicieron hincapié en una irrealidad, colocando al protagonista rico con una obstentosa profesión, para que en toda la trama lo llamarán: "Doctor", mientras que al personaje de la muchacha pobre, lo hacían padecer de educación, de la más básica incluso, y así, creció toda una generación configurada a la idea de que una profesión era sinónimo de poder adquisitivo y financiero... El costo ha sido elevado al constatar que el mundo no funcionaba como en aquellas telenovelas.

La muchacha pobre terminó siendo dueña del comercio donde el "Doctor" expresa su saber profesional.

Entonces... ¿Para qué estudiamos?

Tengo dos respuestas sólidas para esta pregunta. La primera es, porque te atrae dicha profesión; por lo general nos sentimos atraídos de los implementos que hacen parte de dicho contexto pprofesional, no es casualidad que todo niño se imagine siendo un médico si los padres le regalan un maletín lleno de los artículos que usaría un Galeno; y eso es porque desde niños somos preparados a nivel subconsciente por medio de juegos. Así nos identificarnos con aquello que más nos gusta jugar cuando somos adultos.

La guitarra fue y es para mí tan adictiva como tener un videojuego en las manos, y esto hizo en mí, el futuro enfoque perceptivo de mi quehacer profesional.

Lo segundo, es que teniendo en cuenta que nos profesionalizamos en aquello que amamos, lo natural sería emprender toda clase de aventuras dentro de dicho rango de ejecución con fines comerciales, lo cual no está ocurriendo.

Una posible causa del descalabro actual está en la conexión socio-económica del mercado con las universidades; hay que recordar que muchos de los actuales profesionales no jugaron su juego de niños, sino que cambiaron las fichas por aquello que parecía ser lo más prometedor a escoger dentro del mercado laboral profesional, así en Venezuela pasamos por varios boom profesionales:
  • Década del 50 al 70: Medicina e Ingeniería Civil.
  • Dëcada del 70 a mediados de los 80tas: Derecho.
  • Década del 90: Comunicación social.
  • Primera década del milenio: Sistemas, programación.
Y entre las favoritas del mercado; las varias ingenierías, la pedagogía, las finanzas y las profesiones técnicas: Mercadotecnia, contabilidad, diseño, turismo etc.

El resultado fue una sobresaturación del mercado, no existiendo una respuesta empresarial ante la demanda, lo que trajo como consecuencia desempleo.

El mercado crece cuando la oferta y la demanda tiene un sano equilibrio. No ocurre así cuando la gente opta por la profesión de moda y no por la profesión que es su vocación verdadera. Se sobresatura la competencia y el empleador suele escoger a ese profesional al que le brilla la mirada cuando habla de su vocación.

Son muchas más las causas del desempleo, pero afianzo aquí una situación actual de emprendimiento comercial desde distintos sectores, mas no desde el plano inherente al profesional.

¿Si tú vocación es ser abogado, qué haces manejando un taxi?

La respuesta no está en atacar la convicción del profesional (que fuera por lo que sea, terminó convertida en su realidad), sino en la consecuencia de haber abordado dicha profesión desde el "busco empleo" y no desde el "soy emprendimiento".

Desde inicio, las universidades deberían ofrecer una Escuela de negocios a sus estudiantes, para que no salgan a la búsqueda de un empleo al graduarse, sino con las ideas suficientes para desarrollar empresa a través de lo que saben; armando equipos multidisciplinarios, sumando las diferentes características necesarias para favorecer un perfil empresarial.

Estudiantes de diversas disciplinas enfocados desde esa Escuela de negocios en un proyecto comunitario, y que dicho programa de formación conduzca a esa comunidad de estudiantes al hecho empresarial, no a la salida competitiva de luchar un puesto de trabajo, con una suerte de "Sálvese quien pueda" dentro de esa selva de concreto.

Si bien es una visión de campus, y también muy comunal (sí se puede decir), el interés de un programa así sería salvaguardar al profesional en su característica y esencia, y no que termine vagando dentro del mercado laboral buscando una oportunidad, más, dentro de un país devastado en su aparato industrial.

Proyecto, equipo y visión de desarrollo comercial preparado desde las universidades, partiendo de las propias necesidades formativas de dicho programa. Sería entonces, no sacar tan solo profesionales de sus aulas, sino empresas conformadas. 

Tal vez así, tengamos más visión futurista para el mercado nacional y no solo enviar a una jungla sin alimento a nuestros profesionales.

Sí el único mercado que crece es el comercio de menudencias, las universidades se verán con cada vez menos estudiantes formales y más gente buscando cursos en línea para hacer repostería. El resultado final, un país sin capacidad de proyección ni movilidad social.

Repito: No ataco al comercio de menudencias, es tan necesario como el ofrecer al mercado empresas de investigación y desarrollo comercial dentro del ámbito profesional. Aquí intento rescatar una valoración y sentido de lógica en los emprendimientos actuales.

En otros artículos de esta serie "Emprendimiento en Venezuela", abordaré el tema de los recursos, los medios y métodos para salir de la crisis.




1 comentario:

  1. Interesante enfoque q merece ser ahondado por los orientadores desde la educación primaria y secundaria

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