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miércoles, 29 de septiembre de 2021

El desafío educativo. Por qué las Universidades pierden estudiantes.

Viene en seguidilla de la publicación: Emprendimiento en Venezuela.
Por Carlos Reyes. 
Fundador de CERT Producciones C.A.



Tocar el tema económico en Venezuela es muy complejo por las diferentes vertientes políticas, financieras y socio-culturales que conforman su compendio de problemas y desafíos; el país se atrasa en múltiples contextos, y haciendo quizás papel de vidente ante una bola de cristal, el futuro que pinta a razón de unos Veinte años, no es el mejor.

No, no intento ser un profeta del desastre, sino un conductor de la toma de consciencia requerida para corregir rumbo. 

Es obvio que nuestro sistema político no va a cambiar, el daño hecho por las diferentes fracciones en el poder a lo largo de Sesenta años de Socialismo, no va a recuperar la cordura y seguirán implementando la agenda Marxista; a pesar, de que el sistema ha considerado dar diferentes pinceladas al desarrollo de sus argumentos identificándose con el pensamiento nacionalista bolivariano y dando una interpretación que a diferencia del ateísmo (que por lo regular acompañaba a la Izquierda), se ha sumergido en un concepto social-cristiano-católico. Es decir, englobaron las diferentes idiosincracias del venezolano para reformular su llamado "Socialismo del Siglo XXI". 

Pero el aspecto económico nacional no ha dado pie a cambios positivos, a pesar que el venezolano ha tomado una vía de emprendimiento, este camino va a llegar a un bucle social que no va a traer un futuro al desarrollo económico nacional, al contrario, va a reducir las futuras posibilidades de expansión del mercado, a razón de la falta integral de nuevos profesionales en diferentes áreas de interés profesional y académico. 

Recuerdo una discusión, que tuve en un almuerzo con un amigo, este, socialista hasta en el sucio de sus uñas me decía: Carlos, Venezuela no va a salir adelante con panaderías, Venezuela sale adelante con empresas tecnológicas, de desarrollo en diferentes áreas profesionales. Bien, estuve de acuerdo con su posición y reconozco que él, tiene una empresa en el ramo de la tecnología bastante sólida. Sin embargo, mi pregunta para él, sería si el sistema que defiende ha traído como consecuencia un impulso en el desarrollo del profesional dentro de los diferentes emprendimientos, o, por el contrario, ha impulsado al comercio que él llamó: "Bimbolandia"... Por la empresa de pan "Bimbo" de México. 

Pongamos en contexto lo siguiente, la migración que se dió en los primeros años del gobierno de Hugo Chávez fue la intelectual, la de aquellos profesionales que previendo lo que vendría, tomaron vuelos a diferentes países, sobretodo europeos. La gran mayoría de mis amigos emigraron en esa primera tanda, y puedo asegurar que su calidad profesional ha sido tan buena, que han dado premios a Venezuela en sus diferentes "puestos de mando", y en sus distintas disciplinas. 

Luego, hacía el 2008, vino una segunda oleada de migración, igual en un perfil profesional, pero que ya no tomó aviones hacía Europa, sino que se regó por diferentes países de nuestra América. 

Lo que vino luego, un desastre, la desesperación de un grupo económicamente desasistido en el país, que tomó trochas y senderos desconocidos con tal de salir de un país sin respuestas, sumido en el estrés. 

Bien, este artículo no trata sobre migración, pero es importante este contexto ante lo que sigue. 

El emprendimiento en Venezuela tiene múltiples jugadas. Por tradición, la Izquierda reprime toda conducta que se escape de su perfil colectivista, el emprendimiento está mal visto porque genera un escape del razonamiento impuesto a: Papá Estado todo te lo da. 

Gracias a la cantidad de venezolanos que salieron del país, el concepto de "Remesas" tomó un nuevo significado, el: -Familia, les envío esta ayuda para que hagan un mercado... se convirtió poco a poco en un: -Monta un negocito... Y de ese modo, a razón de un cambio a Dólar paralelo, el venezolano fue rearmando una economía ajena al perfil financiero del Gobierno, que pretende aún hoy, que los trabajadores públicos se sostengan con un salario de 2,5 dólares al mes.

Así, se conformó una nueva fuerza de emprendedores, con la inversión de familiares en el extranjero, pero que han dejado también de enviar las remesas al darse cuenta que el Gobierno empieza a echar mano a los emprendimientos. El viejo "Caballo de Troya" de "legalizar tu emprendimiento", sin "pago de impuestos", trae futuros controles. Una vez el Estado reconecte esos cables perdidos, tomará la conducta regular, la del pago de impuestos y la confiscación y expropiación de aquellos negocios que "prosperen". 

Entonces, tenemos el mapa siguiente: 
  1. Migración de profesionales a gran escala.
  2. Emprendimientos en comercios de menudencias.
  3. Profesionales universitarios, incluyendo a los formadores, que para sanar el terrible salario que pagan las universidades, buscan en el comercio de menudencias un respiro económico.
  4. Una población joven, estudiantil, que no ve con buen futuro el titularse con profesiones que no ofrecen un respaldo financiero futuro... Y más, si esa población está viendo cómo sus predecesores tienen una lucha financiera para sostener sus hogares.
  5.  No existe un parque industrial vigente dónde esos nuevos profesionales puedan optar al mundo laboral, por lo que terminan empleándose en bodegones y supermercados.
  6. Las universidades pierden entonces una población de soporte. 
La receta contra el desastre.

El reto dentro del mundo académico es entonces el rescate de una valoración argumental del concepto: Ser profesional.

Es, por lo general que los profesores universitarios sean profesionales de cierto rango de experiencia dentro de las áreas que conforman el cuerpo de doctrina que comparten con sus estudiantes, y esto debería llevarnos al siguiente planteamiento: ¿Cómo percibe un estudiante que el emprendimiento de sus profesores esté ajeno a lo que imparten en las aulas?

Cómo profesor, mi mayor interés es que mis estudiantes tengan un suelo en el cual pisar una vez se gradúen. Mi deber no es formar profesionales con un castillo en el aire, sino construir lo que está por debajo de ese castillo. Si no hay una industria de respaldo, debo ser yo, como emprendedor y profesor dicho respaldo. Solo así, rescataremos la visión de que vale la pena estudiar y profesionalizarse en Venezuela. 

En siguientes publicaciones les hablaré de los ¿Cómo?. 
 

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