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martes, 2 de diciembre de 2014

Varios Ángulos.

     Sobre la falta de digitación y dinámicas en mis partituras.

         No coloco digitaciones a mis obras para la guitarra, ni mayor registro en las dinámicas por cinco motivos que sustento históricamente... Desde mi historia. La primera, porque cada guitarra es un mundo que solo conoce por práctica su dueño, mi guitarra por ejemplo tiene cierto brillo en las notas "SI", notas que debo cuidar en los fraseos con sentido "opaco", si me voy a la digitación que alguien aplica en su guitarra, puede que se pelee con la ecualización natural en mi instrumento. La segunda, la época de ciertas digitaciones, recuerdo estudié la Chacona de J.S.Bach con la digitación de Segovia, al revisarla mi evaluador, me confirmó algo que presentía auditivamente, me dijo que para la época de Segovia, las cuerdas aún se hacían con tripa de gato, por lo que la digitación que él aplicó se hacía recomendada para esa época, no en la nuestra con cuerdas de Nylon. La Chacona casi es una obra de primera a segunda posición cuando más que a la digitación, te vas a la audición, brillo y coloratura. La tercera. Lo confirma el mismo David Russell, cuando dice que lo primero que hace al recibir una partitura, es buscar el tipex y borrar, porque su mano e interés musical pueden actuar muy distinto al que colocó el dedeo. Cuarto motivo en este caso de por qué no coloco dinámicas, me baso en la experiencia de la música de cámara, al principio en el Dúo Intermezzo por ejemplo Iván y yo pasábamos el lápiz a toda la partitura, matices, entradas... Con el tiempo eso no hizo falta, bastaba con escuchar a donde quería dirigir el discurso el otro para seguirnos como en la más natural de las conversaciones. Hace poco, me invitó Jesús Ardila, Director de la Orquesta De Cámara Amadís a un concierto, por mi tiempo solo pude darle un ensayo, llegué a la orquesta y leí sin conocer los matices que él había dispuesto y ensayado a velocidad real, salvo una obra bastante compleja con la que no di en pie ni cabeza, pude montar con solo seguir su gestualidad y a primera vista el concierto en un ensayo. Así que la música se explica a sí misma cuando prestas atención. Por último, como quinta excusa, mi propio aprendizaje, las veces que he podido ver como resuelve otro guitarrista una de mis obras, se convierte en un maestro para mi, porque me hace descubrir otras posibilidades que de pronto no pensé. La idea como siempre es fluir en la eficacia.

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